Canta, canta el ruiseñor
mientras se mece en la rama
y al compás de su solfeo
baila su amiga la rana.
Canta con la voz tan fina
que parece fantasía
y susurra rana verde
esa alegre melodía.
Si tu amigo es muy sincero
si te canta una canción
tiéndele siempre la mano
y ábrele tú corazón.
Poema de Melba Nidia Fernández
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