lunes, 24 de junio de 2013

La libélula

¿Y la libélula?
La libélula amaneció en medio del mundo un día de otoño.
Y vio que el mundo se reflejaba en sus alas transparentes.

¿De qué estaban hechos esos abanicos como espejos de agua?
¿Eran esas alas vestidos de viento?

Pasaba por encima de los ríos,
y veía cómo se reflejaban los salmones y su traje de plata,
los cangrejos y su corazón rojo.

Volando por encima de la huerta,
sus alas se llenaban de lechugas
y cebollas con alas de cien pliegues.

Cada vuelo por encima del mundo
era un descubrimiento
que se quedaba prendido a sus alas,
que eran a la vez espejos de agua,
vestidos de viento,
regalos transparentes.

Del libro "El baile diminuto" 
de Mª José Ferrada (el texto) y Sole Poirot (ilustraciones)
Ed. Kalandraka



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