viernes, 11 de abril de 2014

La abeja

La abeja en un principio no era nada,
pero después fue una abeja.
E incluso antes de nacer y ser abeja, soñó con flores dulcísimas.
Despertó de su sueño y salió a conocer el mundo.

Y el mundo eran todos los colores.

Un tejido de estambres, pétalos, pistilos.
Ahí el gladiolo, las rosas, las dalias.
Ahí las margaritas y el jacinto.

Y pensó en el hombre, que al ver ésto

dijo por primera vez la palabra A
-¿podría alguien haber elegido un nombre más perfecto?-

Y la abeja, que en un principio no era nada

pero después fue una abeja,
y que incluso antes de nacer y ser abeja, soñó con flores dulcísimas,
movió sus pequeñas alas
-parecían hechas con tela de agua-
y voló, voló, voló,
por los agujeros de su palabra preferida.
Algo dulce se prendió como líquido del sol
a la primera letra (P),
luego a la segunda (R), a la tercera (I)
y así: (M) (A) (V) (E) (R) (A).

Junto a la abeja nació la miel:

mezcla de zumbido y palabra preferida.


Un poema de Mª José Ferrada
La ilustración es de Sole Poirot Oliva
Del libro "El baile diminuto"
Ed. Kalandraka


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