Otro duende juguetón.
Yo le he oído estos días por el cole
¡Me quería asustar!
pero a mi no me la da.
Y ¿ves que a este trastolillo le falta la cara?
es por si quieres convertirte en trastolillo durante un rato,
no tienes más que asomar tu cara por él,
y si te ven tus amigos, o los profes...
¡qué susto les vas a dar!
Me gusta ese poema:
En mi casa hay un duende
¡que no sé cuando duerme!
Se pasea por la casa
trastada, tras, trastada.
Me despierta con su risa
¡y no sé por dónde pisa!
No sé qué voy a hacer
si no le consigo ver.
¡ Bonito mural de trastolillos!
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